sábado, 31 de mayo de 2014

PGAndaluza con el Niño de las pinturas

Pasión Gastronómica Andaluza lleva el arte en sus venas... Acudimos el pasado miércoles a la inauguración de la exposición "Sex. El niño de las pinturas. 20 años de cara a la pared" en la Corrala de Santiago, en el barrio del Realejo. Granada. Organizada por el Centro de Cultura Contemporánea de la UGR


Defendemos la teoría: "Todo arte se relaciona". "Si se tiene sensibilidad por el gusto artístico también se tiene en el gusto culinario".

Os animamos a ver esta exposición que estará hasta el 4 de julio. 
Este genio del graffiti merece ser visto en exposición y en la calle. 

Raúl Ruiz, elninodelaspinturas.es nos sorprendió con la demostración en vivo de un graffiti. Y nos dedicó un catálogo a cada uno.


Muchas de sus intervenciones han convertido zonas degradadas de multitud de ciudades en lugares de interés artístico y turístico.
Su sensibilidad no deja a nadie indiferente. Refleja los sentimientos humanos, traza esbozos de manos y rostros, intercala poesías con ruedas de engranaje, junto con algunos elementos arquitectónicos, flores o pájaros...
Todo espectador que contemple sus obras quedará fascinado.


Artículo de Elisa Linares

miércoles, 28 de mayo de 2014

Langostinos con jamón York y queso


Ingredientes:
Langostinos crudos
Jamón York cocido
Queso blando
Brandy
Sal

Elaboración:
Pelamos los langostinos y los colocamos crudos en un pincho decorativo. Primero pinchamos la cola, introducimos seguidamente un dado de jamón York, y pinchamos el otro extremo del langostino. Y lo pasamos por la plancha.

Se cuecen las cabezas de los langostinos y las trituramos con una batidora o Thermomix. Le añadimos una pizca de sal y un poco de Brandy.

Presentamos los langostinos en una fuente, le añadimos su salsa y trocitos pequeños de queso blando.


Receta de Cefe Portalo


jueves, 22 de mayo de 2014

RESTAURANTE RUTA DEL VELETA: II Temporada de El Reto Nazarí

4ª receta propuesta: Plato de la Lira del Sueño o Alboronía



De nuevo el Restaurante Ruta del Veleta nos sorprende con una maravillosa historia y un reto cada vez más emocionante.

Ingredientes para 4 personas:
4 berenjenas
1/2 Kg de calabaza
1 calabacino pequeño
1/2 Kg de tomates
1 cebolla grande
3 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cucharada de vinagre
Aceite de oliva, sal y pimienta.

Elaboración:
Pelar las berenjenas y la calabaza, trocearlas y poner a hervir durante 10 o 15 minutos para que se ablanden un poco y reservar.
Trocear el calabacino (sin pelar), pelar y picar la cebolla, pelar y filetear los ajos. Poner todo en una cazuela y sofreír. 
Cuando la cebolla esté dorada, apartar la cazuela del fuego, añadir el pimentón, el vinagre y la pimienta y mezclar todo. Volver al fuego, añadir el tomate previamente pelado despepitado y troceado y dejar rehogar unos 5 minutos.
Añadir la berenjena y la calabaza, añadir la sal. Tapar la cazuela y, a fuego lento, dejar cocer hasta que todo esté a punto de cochura. Antes de retirar probar el punto de sal.

Interpretación de la receta propuesta. He elaborado la receta en dos partes:

Una, haciendo un sofrito con todos los ingredientes cortados en dados muy pequeños. 


Y otra, con todos los ingredientes cortados en esferas del mismo tamaño, incluyendo rodajas de queso de cabra fresco. La calabaza es la única verdura que he cocido antes durante 20 minutos, después he salteado todo, excepto el queso de cabra, que con el mismo calor de las verduras se ha quedado en su punto.


Lo fundamental del plato han sido los condimentos




miércoles, 21 de mayo de 2014

Aditivos alimenticios 7: Potenciadores de sabor


Parece una “perogrullada”, pero el sabor y el olor son dos cosas completamente distintas, aunque pueden ser complementarias. Para un alimento, tan importante es el olor, como el sabor. Uno se asocia al sentido del olfato y el otro al sentido del gusto.

Ya hemos indicado, que a veces, es necesario adicionar un “corrector” del color para que algunos alimentos conserven su color original. De la misma forma, la conservación del sabor de los alimentos es esencial para su aceptación por el paladar humano. Ocurre que a veces durante el procesado de algunos alimentos se pierde parte de su sabor. En otras ocasiones, es deseable resaltar el sabor de algún otro alimento. Todo ello se puede mejorar con los “potenciadores de sabor”.

Una de sus características es que no suministran ningún nuevo sabor a sus preparados.
Hay que tener claro que una cosa es “potenciar el sabor” de un alimento y otra “añadir” una sustancia “que le dé sabor”; estos son los “saborizantes”, de los que hablaremos en otro momento. Con la aparición de las sofisticadas técnicas químicas actuales se han podido determinar cuales son las moléculas activas responsables del sabor y el olor de determinados productos alimenticios. Esto ayuda a la hora de reemplazar o potenciar determinados sabores u olores.

Últimamente, se ha ampliado la lista clásica de sabores, al tener en cuenta las diferentes sensaciones que se producen al percibirlos.  Así, en la literatura alimentaria se habla de siete sabores o gustos diferentes: dulce, ácido, amargo,  salado, “umami” (sabroso), picante y metálico. El “umami” es una palabra de origen japonés que recuerda al extracto de carne.  Pues bien, todos estos sabores pueden ser “potenciados” o “resaltados” con una serie de sustancias especiales, casi todas de origen natural.

Los “potenciadores del sabor” más utilizados son los siguientes:

a) Ácido glutámico y sus sales (E-621 a E-625): Se suelen utilizar las sales de sodio, potasio, calcio, amonio y magnesio. Estos compuestos se descubrieron en unas algas japonesas. En la actualidad se obtienen por fermentación de residuos de la industria del azúcar. Estos compuestos también se encuentran en los tomates, los champiñones, el atún y algunos quesos. Su toxicidad es insignificante a las dosis recomendadas. Se usan en multitud de preparados alimenticios, por ejemplo, las sopas instantáneas deshidratadas, los “cubitos” para hacer sopas y salsas, en condimentos, etc.

b) Ácido guanílico y sus sales (E-626 a E-629), y ácido inosínico y sus sales (E-630 a E-633): Se obtienen por hidrólisis de extractos de carnes, pescados y levaduras. Estos son potenciadores de sabor mucho mas potentes que los glutamatos. Se utilizan en fiambres, patés, sopas deshidratadas, salsas, etc.

c) Maltól (E-636) y Etil-maltól (E-637): Se forman durante el calentamiento de la fructosa; también en el tostado de la malta, café, cacao. El etil-maltól es un potenciador mas potente que el maltól. Son potenciadores del sabor dulce y tienen un olor a caramelo, por lo que se utilizan para pastelería, repostería, confitería, yogures, chicles, etc.

d) Algunos ácidos libres: Los siguientes ácidos se utilizan para resaltar el sabor o el grado de acidez de muchos alimentos. Entre ellos están: los ácidos acético (E-260), ascórbico (E-300), cítrico (E-330), fumárico (E-297), láctico (E-270), málico (E-296), fosfórico(E-338) y tartárico (E-334).

Más adelante hablaremos de los “aromatizantes o saborizantes” que dan sabor a algo que no lo tiene. Estas sustancias son tan importantes en alimentación que se ha producido una explosión de productos con este cometido, se han autorizado cerca de tres mil, e incluso se les identifica de forma diferente a los demás aditivos.


Por: El alquimista molecular


viernes, 16 de mayo de 2014

Ensalada de espinacas frescas, queso de Burgos y fresas

Ingredientes:
Espinacas frescas
Queso de Burgos o queso de cabra
Fresas
Crocanti
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre balsámico de Módena
Sal
Elaboración:
Se lavan las hojas de las espinacas y se trocean. Cortamos el queso de Burgos en dados pequeños y lo añadimos a las espinacas. Lavamos las fresas y las cortamos en trozos pequeños. Las añadimos a la ensalada.
Elaboramos una vinagreta con el aceite, vinagre, crocanti y una pizca de sal. Removemos bien.
Antes de llevar a la mesa le agregamos la vinagreta, no antes, porque se reblandecen demasiado las hojas de espinacas.

Receta de Mamen Carmona

domingo, 11 de mayo de 2014

Aditivos alimenticios 6: Emulsionantes


Son sustancias que favorecen la mezcla de dos o más de ellas, que entre sí son inmiscibles. Normalmente, una suele ser soluble en agua y la (o las) otras no. El sistema se denomina “emulsión”, y está formado por una fase “dispersante” o “fase continua” y otra “dispersa” que suele estar en menor proporción. Un ejemplo típico es la “vinagreta” que es una emulsión de aceite vegetal en vinagre. Se trata de un sistema para homogeneizar los alimentos, de tal forma que toda la masa tenga bien repartidos sus variados componentes, hasta formar un cuerpo “contínuo”. Normalmente, las emulsiones cambian el color de los productos (como una turbidez), ya que se trata de difundir uno en la masa del otro. Para conseguir una buena emulsión/homogeneización es necesario agitar de alguna forma, especialmente con una batidora o cualquier utensilio de cocina ideado para ello.

Las emulsiones no son estables en el tiempo, por lo que tienden a desmezclarse en sus componentes. Recién preparadas las gotas de la fase dispersa están distribuidas al azar. Cuando pasa el tiempo, las gotas pueden ir aglomerándose unas con otras. Esto ocurre, por ejemplo, en las emulsiones con aceite, éste tiende a separarse, formando una capa superficial. Para que esto no ocurra se acude a la adición de un “agente emulsionante o emulgente”, que favorece la mezcla de las fases inmiscibles y para que perdure con el tiempo. Se suele hablar, por eso, de que los emulsionantes o emulgentes incrementan la “estabilidad cinética” de los sistemas.

Uno de los emulsificantes más usados son los “fosfolípidos”, que son un grupo de grasas compuesto por una molécula de glicerina (glicerol), dos ácidos grasos y un grupos fosfato. El mas importante es la “fosfatidilcolina” o “lecitina” (E-322).  La lecitina se encuentra en las membranas celulares, y especialmente, en la yema de huevo, en la soja, el girasol, la leche, el hígado, etc.

Otros emulsificantes son la yema de huevo, el mucílago que rodea a las cáscaras de la semilla de la mostaza y especialmente la lecitina de soja. También se usan derivados del “éster monoglicérido del ácido diacetil-tartárico”(DATEM, por sus siglas en inglés) (existen varios: del E-481 al E-483). También se emplean las sales de varios derivados fosfatados (di-, tri- y polifosfatos) (E-450 a E-452).

Los emulsionantes se usan para mayonesas, salsa holandesa, leche homogeneizada (emulsión de las grasas y proteínas de la leche y agua), mantequilla (emulsión de agua en grasa), vinagretas, etc. También se usan en la elaboración de quesos.

La “lecitina de soja” se ha hecho famosa en nutrición humana porque desciende el colesterol y los triglicéridos, y aumenta el HDL o “colesterol bueno”.


Por: El alquimista molecular

lunes, 5 de mayo de 2014

Chupito frío de espárragos blancos



Ingredientes:
1 bote de espárragos blancos medianos (345 gr)
Una cucharada sopera de mayonesa
50 gr. de jamón serrano

Elaboración:
Batimos los espárragos con su líquido. Pasamos por el chino para que quede una salsa muy fina. Añadimos una cucharada de mayonesa y removemos bien. Servimos en chupitos y los metemos en la nevera hasta la hora de tomarlo para que esté muy frío.
Lo podemos presentar con un crujiente de jamón serrano. El crujiente es tan sencillo como el chupito, cortamos el jamón en trozos muy pequeños y pasamos por la sartén hasta que vemos que queda crujiente.

Ahora que empieza el buen tiempo es ideal para un aperitivo. No os podéis imaginar lo bueno que está y lo rápido que se hace.


Receta de Reme Postigo

jueves, 1 de mayo de 2014

RESTAURANTE RUTA DEL VELETA: II Temporada de El Reto Nazarí

3ª receta propuesta: Las pastas de La Media Luna o La Galleta del León 


La Pasta de la Media Luna la he presentado con mousse de yogur de coco sobre coulis de dátil y crujiente de azúcar vainillado y sésamo.

Ingredientes:

Masa:

250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
1 vaso de azúcar glas
2 yemas de huevo
4 gr. de levadura 
1 cuchara grande de azúcar vainillado
Harina (la necesaria)

(Hice la mitad de la receta y de harina utilicé 200 gr. aproximadamente)


Relleno:
120 gr. de pasta de dátil
2 cucharas grandes de sésamo tostado
Unas gotas de agua de azahar

Decoración:
Azúcar glas 

Elaboración:


Primero preparamos la pasta de dátil. Para ello mezclamos la masa de dátil con el sésamo y el agua de azahar. Si la masa de dátil está muy dura podemos meterla antes al microondas con un poco de mantequilla para que se blandee.

En un recipiente hondo mezclamos la mantequilla, el azúcar glas, el azúcar vainillado y las yemas de huevo. Mezclamos bien. Añadimos la levadura y la harina poco a poco hasta obtener una masa homogénea.


Cogemos porciones de masa con las manos y hacemos bolas del tamaño de una nuez. Con el dedo, hacemos un agujero en el centro. Cogemos un poco de pasta de dátil y la metemos dentro de ese agujero. Después moldeamos hasta darles forma de media luna. Cerramos la masa para que el relleno no se vea y le damos la forma deseada.
Cuando tenemos todas las galletas hechas, las metemos al horno a 200º C hasta que adquieran un color dorado. Al final las espolvoreamos con azúcar glas.

Os dejo el proceso en fotografías:



Ingredientes para mousse de coco:
1 yogur de coco
1 yogur griego (se puede sustituir por nata montada)
50 gr. de azúcar
1 hoja de gelatina

Elaboración: 
Ponemos en remojo con agua fría la hoja de gelatina durante 5 minutos. Mezclamos los dos yogures junto con el azúcar. Calentamos dos cucharadas de agua y derretimos la gelatina ya reblandecida, la incorporamos a los yogures. Vertemos en un molde y dejamos enfriar.


Crujiente de azúcar vainillado y sésamo:
En una bandeja de horno sobre papel de silicona ponemos dos cucharadas de azúcar vainillado y una de sésamo. Introducimos al horno a 200º durante 7 minutos. Retiramos cuando está frío y colocamos sobre la mousse.

Coulis de dátil:
Una vez retirada la piel de los dátiles los batimos con la misma cantidad de agua tibia. Lo he utilizado de base para acompañar el plato.


A modo de decoración finalicé el plato con un poco de coco rallado y sésamo.