miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿Conoces las propiedades del TOFU?


La proliferación de restaurantes japoneses, chinos,  coreanos, tailandeses, etc., y de revistas de cocina y de aquellas otras que incluyen secciones con recetas “novedosas” han traído a la luz pública la palabra  “tofú”. También las personas aficionadas a los herbolarios, tiendas naturistas y similares vienen popularizando esta palabreja. Mi experiencia personal es que muy pocas personas saben de qué se trata. Algunos creen que es un tipo de queso, otros que es alguna especie de natillas endurecidas. La realidad es que es un producto de origen vegetal, muy nutritivo, bajo en calorías,  aunque un poco insípido. Se prepara con semillas de soja, de las que se obtiene por cocción un líquido blancuzco que se puede coagular, y que prensado se obtiene una especie de queso blando fresco. Ese es el tofú. Es un proceso parecido al de la fabricación del queso, aunque con diferencias esenciales en cuanto a la coagulación.

El tofú es originario  de Asia, concretamente de China. Su historia primitiva es algo confusa pero es aceptado que su origen es muy antiguo en algunos países orientales. En el mundo occidental se conoce desde los siglos XVIII-XIX.
La palabra tofú significa en japonés “alubia (o judía) cuajada (o fermentada)”. Existen múltiples variedades de tofú, desde el más blando o tierno al más endurecido; todo depende del tipo de tratamiento que se haya empleado para obtenerlo y de su cantidad de agua absorbida.

El tofú al no tener sabor característico puede ser usado tanto en preparados salados como dulces. Se puede consumir fresco, tal cual viene en los envases, o secarlo, freírlo ahumarlo o congelarlo para obtener calidades diferentes y, en su caso, aumentar su longevidad. Es normal marinarlo con otros ingredientes antes de su consumo para suministrarle algún sabor específico.
Para obtenerlo, se ponen en remojo y se muelen las semillas de soja, se hierven en agua, se filtra la mezcla, y el líquido resultante se coagula con diversos productos. El coagulante más común es el yeso (sulfato cálcico); este es el denominado “estilo chino”, y no suministra ningún sabor al tofú. En Japón suele usarse “agua de mar”, o uno de sus componentes, el cloruro magnésico, que se conoce allí como “nigari”. Otro coagulante es el cloruro cálcico. En la industria se suele usar un ácido orgánico, la gluco-delta-lactona (GDL); este compuesto es muy usado en la industria quesera para el mismo efecto. En otras ocasiones se emplean ácido acético (vinagre) o ácido cítrico (zumo de limón) o algunas “enzimas” como la “papaína” o “proteasas” de microorganismos. En estos casos se utilizan muy pequeñas cantidades de esos productos. Cada uno de los coagulantes produce un tipo distinto de tofú, variando especialmente  su textura.

Un tofú tierno contiene aproximadamente un 85 % de agua, un 10 % de proteínas y un 5 % de grasas. Es decir, el tofú deshidratado contiene dos tercios de proteínas y un tercio de grasas. Por eso es muy nutritivo. Entre lo aminoácidos constituyentes de las proteínas se encuentran, en orden de abundancia, ácido glutámico, ácido aspártico, leucina, arginina, lisina, etc. Además tiene un alto contenido en calcio, hierro, sodio, potasio,  y vitaminas A, B-12, C y D.

Una ventaja  añadida es que parece comprobado que las pequeñas cantidades de “isoflavonas”  del tofú son las responsables del descenso de los niveles de colesterol “malo” en el organismo humano.
Aunque lo típico es usar el tofú fresco para ensaladas, también se utiliza frito, en sopas, en pastelería, etc. Pero siempre acompañado de algún saborizante, tal como  especias, salsa de soja, aceites de semillas o aromatizados, etc. No se suele comer solo ya que no es muy fácil de digerir y puede producir gases.
En los buenos supermercados y tiendas especializadas se pueden encontrar diversos tipos de tofú. Así que hay que animarse a probarlo si es que todavía no lo hemos hecho.

Un amigo me ha dado las siguientes recetas que pueden servir para iniciarse en el consumo de tofú.

1.- ENSALADA  MEDITERRANEA DE TOFU Y ZANAHORIA

Se cuece el tofú cortado en dados en agua con un poco de Avecrem y se guarda.  Se saltea una cebolla muy picada.  Aparte, se saltean zanahorias en rodajas delgadas y se cuecen con aceite y un poco de vino blanco de guisar, agregando por último  perejil, orégano y albahaca.
Se mezclan el tofu y las zanahoria, y se aliñan con sal y pimienta, un poco de aceite de oliva, y olivas negras troceadas muy finas. Remover y servir.

2.- ENSALADA DE TOFU Y MUESLI

Marinar durante una hora el tofú con trozos de pimiento asado, cebolleta y ajo finamente picados, el muesli, perejil, hierbas aromáticas molidas, sal y aceite virgen extra. Remover bien y servir.

Así que ¡a la cocina! Buen provecho y ¡¡¡¡¡VIVA EL TOFU!!!!!

Por: El alquimista molecular

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