viernes, 28 de marzo de 2014

Canapé de queso de cabra, roquefort y mermelada de naranja amarga

Ingredientes:
Pan Bimbo sin corteza o similar (en esta foto el pan era casero)
Queso de cabra fresco
Queso roquefort
Mermelada de naranja amarga (también era casera)
Elaboración:
Cortar en 4 cuadrados las rodajas de pan Bimbo sin corteza. Colocamos un pequeño trozo de queso roquefort, sobre éste el queso de cabra y horneamos a 180 º durante 5 minutos.
Sacamos del horno y añadimos a cada canapé un poco de mermelada de naranja amarga y servimos.


Receta de Cefe Portalo

lunes, 24 de marzo de 2014

Descifrando una etiqueta alimentaria


El otro día compré en un conocido supermercado una bolsa llena de productos frescos de bollería. Por curiosidad, busqué en el envase la etiqueta alimenticia reglamentaria. En letra muy pequeña pude leer, con gafas naturalmente, la lista de componentes de esos productos tan apetitosos a primera vista. Ante mi sorpresa, leí que esos “bollos” contenían nada menos que trece tipos de aditivos diferentes, y que la margarina, ella sola, aportaba otros ocho más. Con objeto de aclarar esta situación, voy a intentar descifrar el contenido de esa etiqueta. Para ello, transcribo textualmente la lista de los componentes reseñados en ella:

1.- Harina de trigo
2.- Margarina, que contiene los ocho tipos de aditivos siguientes:

a) Grasas vegetales y aceites vegetales parcialmente hidrogenados de palma y girasol.
b) Antioxidantes: E-3041i, E-306, E-330.
c) Tocoferol
d) E-472c
e) Conservador: E-200
f) Emulgentes: E-471, E-475
g) Aromas.
h) Colorante: E-160a

3.- Agua.
4.- Azúcar.
5.-Levadura.
6.- Espesantes: E-412, E-415.
7.- Emulgente: E-472e, 
8.- Enzimas.
9.- Agente tratamiento harina: E-300.
10.- Gluten de trigo.
11.- Sal.
12.- Esencia de mantequilla.
13.- Trazas de huevo y leche.

Resulta extraño y sorprendente a primera vista que cada pieza de bollería contenga cerca de treinta productos diferentes, ella solita. En principio, para un “bollo” normal antes solo se necesitaban harina, mantequilla, agua, azúcar, levadura y sal. Es decir, seis componentes. ¡Cómo han cambiado las cosas!

No debería extrañarnos nada de eso. Ya que eso es extensible a la vida normal en la que usamos cientos de productos diarios para cada necesidad. Por ejemplo, una señora antes de salir a la calle, en la ducha usa un gel de baño de composición compleja; luego, cremas hidratantes, exfoliantes, etc. y todo para el tipo de piel particular; se pone laca en el pelo, después de habérselo lavado con un champú con siete ingredientes por lo menos; se pinta o se retoca las uñas con un líquido, que vaya usted a saber lo que contiene; se pinta los ojos con una sustancia indeterminada; se echa una o dos cremas de manos para protegerlas de varios agentes ”agresivos”; se pone colonia o perfume, según la ocasión (que tienen múltiples componentes también); y el desodorante; y no hablemos de los “coloretes”, y yo qué sé la de otras cosas que pueden caer. Y todo por una causa nobilísima: estar bien arreglada, ir presentable, como debe ser. Es decir, que la vida moderna nos hace ser cada vez más complicados, y que nos vamos adaptando a ella insensiblemente utilizando los avances que todas las ciencias, todas las industrias, todas las televisiones, todos los periódicos, y todas las amistades, nos muestran como “necesarios”. 

Por eso, no es de extrañar que en este caso de la bollería que estamos analizando, pase tres cuartos de lo mismo. Y que, por ejemplo, no se utilice una margarina cualquiera: tiene que tener ocho tipos distintos de aditivos, constituidos algunos de ellos por hasta tres componentes diferentes. ¡Si no, no sería una margarina de “buena familia”! Ante todo esto, la pregunta que surge de inmediato es: ¿Son todos esos aditivos necesarios? ¿Serán beneficiosos o perjudiciales para la salud, tan maltrecha que tenemos algunos? ¿Podemos comernos toda la bollería industrial que hay en el mercado con gran tranquilidad?  Trataremos de contestar a estos interrogantes.

INTENTO DE DESCIFRADO DE LA ETIQUETA ALIMENTARIA  DE LOS BOLLOS
Para ello es necesario acudir a la lista de aditivos aprobados por la Unión Europea, que se identifican con la numeración “E” seguida de un número. De acuerdo con esa lista, la identidad de los aditivos en cuestión es la siguiente:

1.-“Harina de trigo”: no tiene implicaciones importantes, aunque hay unos tipos mejores que otros.

2.-“Margarina”: Se dice que contiene ocho tipos de aditivos:

  a)“Grasas vegetales y aceites vegetales parcialmente hidrogenados de palma y girasol”. Esto quiere decir que esos aceites y/o grasas de palma y girasol se han “hidrogenado” artificialmente, convirtiéndolos en productos más sólidos y “saturados”. Ya sabemos que  cualquier tipo de grasa o aceite parcial o totalmente hidrogenado (saturado) tiene mala fama, porque se relaciona con aumentos de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, que, en ocasiones, pueden conducir a problemas cardiovasculares y arteriosclerosis. No conviene abusar de estos productos.
b)“Antioxidantes”: E-304i = Estearato de ascorbílo; E-306 = Extracto rico en tocoferol; E-330 = Ácido cítrico. Impiden o retrasan el enranciamiento.
c)“Tocoferol”: no es importante la distinción, pero no se indica cuál de los posibles tocoferoles aprobados han usado. Es otro antioxidante.
d)“E-472c”: Aditivo “misterioso”. No dice lo que es la etiqueta, pero corresponde a “Esteres del ácido cítrico  de ácidos grasos mono- y diglicéridos”. Es un estabilizante.
e)“Conservante”: E-200, que es ácido sórbico.
f)“Emulgentes”: Son emulsionantes: E- 471, que son ácidos grasos mono- y diglicéridos, sin especificar; y E-475 que son Esteres de ácidos grasos con poligliceról.
g)“Aromas”, que no se indican.
h)“Colorante”: E-160ª: “mezcla de Carotenos”, indeterminada (color amarillo a rojo).

(Hasta aquí la composición de la margarina). El resto de componentes de la bollería son:

3.- “Agua, azúcar y levadura” (de ésta última no se especifica cual, si natural o química).

4.- “Espesantes”: E-412 = Goma guár; E-415 = Goma xantán.

5.- “Emulgente”: E-472e = Esteres del ácido mono- y diacetíl tartárico con ácidos grasos mono- y diglicéridos, sin indicar cuales son los ácidos en cuestión.

6.-“Enzimas”: No se especifican. Ayudan a una buena fermentación de las masas de harina.

7.- “Agente tratamiento harina”: E-300 = Ácido ascórbico. Es un antioxidante.

8.- “Gluten de trigo”: No se especifica. Es una mezcla de proteínas del grano de trigo.

9.- “Sal”.

10.- “Esencia de mantequilla”: No se especifica.

11.- “Trazas de huevo y leche”. No se sabe por qué.

Bueno, ¿qué me dicen de todo éste “batiburrillo”? Pero no hay que rasgarse las vestiduras como se indicó anteriormente. Incluso, con los componentes no bien especificados no pasa absolutamente nada por su falta de información, ya que todos ellos están reglamentariamente utilizados. 

El interés del pastelero o repostero que elabora esos bollos es que su producto tenga buen aspecto, que “entre por los ojos”, que no se deteriore antes de tiempo, que tenga un color y sabor agradable, que no tenga moho, que no esté seco, que no esté “chuchurrido”, etc., etc. Pues para todo eso, es necesario tratar a la masa del pobre bollo con un montón de cosas. En consecuencia, no hay que tener ningún inconveniente en comprarlo y en comérnoslo con mucho gusto. No nos dará ninguna indigestión. Todos esos numerosos aditivos están aprobados por la Unión Europea y por las autoridades españolas y son necesarios para el buen estado del "dichoso bollo”. 

La moraleja que se puede sacar de esto es que todo eso está muy bien, pero también hay otra opción, y es que es buenísimo, que en lugar de comprar esa “cosa tan compleja”, y que a algunas personas “quisquillosas” les puede hacer fruncir un poco el ceño, hagamos los bollos nosotros en la propia casa. De esta forma, el alimento tranquiliza la conciencia, puede ser algo más saludable, no tiene “aditivos extraordinarios” (en la casa realmente no son necesarios ya que duran muy poco encima de la mesa, sobre todo si hay gente joven por medio), su precio es más bajo, y sobre todo, es un magnífico entretenimiento personal, y que puede, además, servir para enseñar a otras personas a hacer lo mismo. Así que manos a la obra y... ¡Que aproveche!


Por: El alquimista molecular

jueves, 20 de marzo de 2014

RESTAURANTE RUTA DEL VELETA: II temporada de El Reto Nazarí

1ª Receta propuesta: El Balah el sham


Es un postre tradicional de la gastronomía árabe

Ingredientes
1 vaso de agua
4 huevos
Vainilla (la sustituí por canela molida)
1 vaso de harina
1 cucharada de mantequilla
Una pizca de sal
Aceite para freír

Preparación
Hervir el agua con la mantequilla y la sal. Echar la harina de golpe y mover rápidamente para formar una masa. Dejar enfriar un poco, añadir los huevos, la canela y mover fuerte. Poner la masa en una manga pastelera y empujar para que se caigan los deditos en el aceite caliente. Freír y enfriar en un papel absorbente. 

Esta receta la vi perfecta para acompañar al café. Hice dos tipos de Balah el sham: unos rebozados en crocanti y almendra; a otros, les inyecté chocolate caliente antes de servirlos, y los presenté espolvoreados con azúcar glass. 

Los serví con unos chupitos de crema de licor. Todo un éxito.

Aquí os dejo el proceso

Una vez hervida el agua con la mantequilla y la sal, se incorpora la harina y se mueve fuerte
Enfriar un poco la masa y se va incorporando los huevos y la canela
En lugar de echarlo en directo en el aceite para freír, algunos los pasé por almendra y crocanti
Se fríen con el aceite bastante caliente. Se quedaron caramelizados con el crocanti y la almendra crujiente
Los que no llevaban crocanti, justo antes de servirlos con el café, les inyecté chocolate caliente


miércoles, 19 de marzo de 2014

Aditivos alimenticios 3: Conservantes


Todos tenemos experiencia de que los alimentos son perecederos; desde luego, unos más que otros. Desde muy antiguo se han ido descubriendo algunas sustancias que permitían prolongar la vida útil de algunos de ellos. Los “conservantes alimenticios” impiden las alteraciones nocivas producidas por cambios químicos o por la presencia en los alimentos de bacterias, levaduras y hongos. Los conservantes suelen actuar sobre esos microorganismos en unos márgenes de acidez determinados. Históricamente, el conservante primordial fue la sal o cloruro sódico, y que continuará prestando su utilidad hasta el fin de los tiempos. No obstante, la sal se debe utilizar con precaución porque un uso excesivo provoca problemas de tensión arterial y edemas. Otros conservantes históricos son el vinagre, el alcohol, el azúcar.

Con la experiencia y los estudios científicos se ha ampliado generosamente el listado de conservantes alimenticios. 

Entre los conservantes más empleados están:

a) El ácido sórbico y sus sales (E-200 a E-203): El ácido sórbico es un ácido insaturado, y como tal no tiene limitación en su uso. Son eficaces contra los hongos y las levaduras. Carecen prácticamente de sabor. Son activos en medio ácido. Su principal inconveniente es su alto precio y que se degrada con el calor. Se suelen emplear en jugos de frutas, quesos, pan, vino y mermeladas.

b) Acido benzoico y sus sales (E-210 a E-213): El ácido benzoico es el conservante más utilizado en la industria alimentaria. Actúan en medios muy ácidos. Se usan en jugos y zumos de frutas, postres y mermeladas. Son eficaces contra bacterias, hongos y levaduras. No son tóxicos en las concentraciones permitidas, especialmente los benzoatos, aunque un consumo alto puede provocar convulsiones de tipo epiléptico.

c) Sulfitos y dióxido de azufre (E-220 a E-228): Los primeros son una familia que incluye sulfitos, bisulfitos y metabisulfitos. El dióxido de azufre es un gas muy usado en el tratamiento de los vinos. Su desventaja es que a concentraciones altas presentan sabores desagradables y pueden causar dolores de cabeza y problemas bronquiales a los asmáticos. Inhiben el crecimiento de bacteria, hongos y levaduras y, además, actúan como antioxidantes. Se usan para conservar zumos de uva, mostos, vinos, sidra, vinagre y pescados.

d) Nitratos y nitritos (E-240 a E-252): Son sales de sodio y potasio. Inhiben el desarrollo del bacilo del botulismo (Clostridium botulinum) que forma toxinas de consecuencias mortales. Promueven el color típico de las carnes curadas (jamón cocido, salchichón, salchichas, chorizos, longanizas). Pero presentan riesgos: Uno es su toxicidad a niveles altos, debido a que unidos a la hemoglobina de la sangre, forman un compuesto que inhibe el trasporte de oxígeno. Esta intoxicación puede  ser mortal si el conservante no está mezclado uniformemente con el alimento (Se han dado casos de esto). El otro inconveniente es la formación de “nitrosaminas” durante el calentamiento de nitritos en presencia de aminas (en asados, pescados y productos fermentados).

e) Ácido propiónico y sus sales (E-280 a 283): Se suelen usar solo las sales. Actúan en medio ácido débil. Se emplean en el pan, quesos y frutas deshidratadas. Como es un ácido graso no es tóxico para el hombre. Su acción principal es contra los hongos.

La industria alimentaria, apoyada por la presión de los medios de comunicación, intenta reducir el empleo de conservantes, y sustituirlos por algunos procesos físicos, como la esterilización, el uso de gases que controlen la atmósfera de los productos envasados, o mantener cadenas de frío. Sin embargo, estos procedimientos no se pueden garantizar completamente. Otros procedimientos, como la irradiación (usada para las especias y condimentos), tienen mala prensa por su relación, en parte, con los materiales de la industria nuclear. Y es que el término “conservación de alimentos” es más amplio que el de los simples aditivos. Por ejemplo, se utilizan, además, para “conservar” la refrigeración, la congelación, el vacío, el enlatado, etc. Pero eso es otra historia.

Por otro lado, existen algunas sustancias que se han venido utilizando clásicamente, pero que en la actualidad se han prohibido. Por ejemplo, el ácido bórico (E-284), que tiene acción antimicrobiana e inhibe el oscurecimiento del marisco (cabezas de gambas y langostinos); solo se permite su uso en el caviar.

Otro conservante antiguo es el ácido salicílico, muy usado en las conservas caseras y en encurtidos, por su acción antimicrobiana; fue ya prohibido en España en los años ochenta.

De nuevo hay que recordar que los conservantes empleados en la alimentación están sujetos a un control muy riguroso, por lo que hay que confiar en las buenas prácticas de los productores, fabricantes y agentes de inspección de todos los productos alimenticios.


Por: El alquimista molecular

jueves, 13 de marzo de 2014

Ensalada de chanquetes, pimientos rojos, huevos de codorniz y cebolleta

Ingredientes:
1/2 kg. de chanquetes congelados
2 pimientos rojos de asar
1 cebolleta
1 tomate
6 huevos de codorniz
Aceite de oliva virgen
Sal
Elaboración:
Asar al horno los pimientos rojos, se pelan y se cortan a tiras. Cortamos la cebolleta muy fina. El tomate lo escaldamos para retirarle la piel y lo partimos en dados pequeños. Hacemos una ensalada con todo esto y aliñamos con aceite de oliva virgen y sal. Se rebozan en harina los chanquetes y se fríen en menos de un minuto en aceite muy caliente. Freímos los huevos de codorniz.
Servimos en una fuente todo reciente hecho y caliente.
Es sencillísimo y el éxito está garantizado.

Receta de Rosa Martínez

sábado, 8 de marzo de 2014

Aditivos alimenticios 2: Colorantes


Instintivamente asignamos un color a cada alimento. Por ejemplo, todo el mundo espera que una mermelada de fresa tenga un color rojo. Pero si alguien ha hecho en su casa esa mermelada tendrá la experiencia de que al final del proceso el color ha cambiado, ya no es el color rojo de las fresas, están pálidas, y aunque no han perdido su sabor, su coloración ya no es tan llamativa, es algo parduzca. Ante esta situación, los fabricantes de mermeladas de fresa, para hacer mas atractivo su producto, acuden a agregar un colorante de color rojo para hacer mas “vistosa” o mas “real” a la mermelada. Si no hacen eso, no hay quien compre un tarro de esa dichosa mermelada de fresa.

Parece demostrado que el color es la primera característica que “entra por el ojo” del consumidor. El color se suele relacionar, en general, con el estado de conservación del producto o con su calidad. Toda ama de casa tiene experiencia en este sentido. Por eso, la adición de colorantes a los alimentos solo pretende resaltar el color propio del producto, es un pequeño “pecadillo”, pero está perfectamente justificado, por lo que es perdonable.

Estos colorantes alimenticios pueden ser de origen natural (vegetal, animal, mineral) o ser sintéticos(obtenidos químicamente). Los colorantes naturales están, desplazando, recientemente, a los sintéticos. La razón está en que se está demostrando que estos últimos pueden crear algunos problemas de toxicidad cuando se adicionan en ciertas cantidades, o cuando se consumen en exceso alimentos tratados con esos aditivos.
            Como ya se ha indicado, estos problemas de seguridad alimenticia llevó a crear, hace ya años, la Comisión Conjunta de Expertos WHO – FAO, que ha definido, entre otras cosas, la denominada “Ingesta Diaria Aceptable” (IDA): es la cantidad máxima de un aditivo que se puede tomar diariamente. Se expresa en miligramos de aditivo por kilo de peso corporal y por día. Para mucho aditivos existe ya su propio IDA, especialmente para los colorantes sintéticos.

Entre los colorantes naturales más usados se encuentran los siguientes:

a) Cúrcuma (E-100): Procede del “azafrán indio”, (Curcuma longa), planta tropical de color amarillo naranja. Es el típico aditivo del “curry”. También se usa en mermeladas, pastelería, embutidos, etc.

b) Carmín o Cochinilla (E-120): Procede del cuerpo desecado de la hembra de un insecto (DactylopiusCoccus), parásito de algunos cactus.  Es de color rojo muy vivo. Se utiliza muy ampliamente en helados, mermeladas, bebidas de todo tipo, preparados de carne, embutidos. Tiene un pequeño problema, y es que se han dado algunos casos de reacciones alérgicas por su consumo en algunas bebidas que lo contenían.

c) Caramelo (E-150): Color marrón con varias tonalidades.Se obtiene por calentamiento de azucares, a veces con adición de algún ácido. Su empleo está muy generalizado. Se usa en pastelería, heladería, en bebidas muy diversas(con y sin alcohol), etc.

d) Carotenoides (E-160): Color de amarillo a rojo, según el tipo. Se conocen unos 600 compuestos diferentes. Se obtienen de los pimientos rojos y del tomate, de la zanahoria, fundamentalmente. Se usa como aditivo en embutidos y bebidas.

e) Clorofilas (E-140 y E-141): Color verde. Se obtiene de hojas de leguminosas y de algunas algas verdes. Se usa en chicles, helados, conservas vegetales, bebidas.

f) Rojo remolacha (Betainas) (E-162): Color violeta rojizo. Se obtiene de la remolacha (Beta vulgaris). Se emplea ampliamente en gelatinas, pastelería, bebidas, helados, conservas variadas, mermeladas, derivados lácteos.

g) Dióxido de Titanio (171): Color blanco muy puro. Se obtiene del mineral ilmenita. Es un blanqueante universal. No es tóxico.

Los colorantes sintéticos, obtenidos por procesos químicos, presentan una mayor estabilidad que los naturales. Sus inconvenientes son su mayor toxicidad y su decoloración en algún caso, por componentes presentes en algunas bebidas no alcohólicas. Como ya se indicó, estos colorantes están prohibidos en los países nórdicos. Normalmente se usan en muy pequeña cantidad para evitar posibles toxicidades.

Algunos colorantes sintéticos más usados son los siguientes:
a) Tartracina (E-102): Color amarillo. Es sucedáneo del azafrán. Tiene un uso muy amplio. Se usa en bebidas, conservas vegetales, repostería en general, sopas preparadas, arroces, caramelos, patatas fritas, salsas, colorante de paellas.

b) Amarillo quinoleína (E-104): Color anaranjado. Se usa en diversas bebidas. Está prohibido en algunos países. Es de los menos tóxicos.

c) Amaranto (E-123): Color rojo intenso. Procede de plantas, parecidas a las espinacas, de regiones templadas y tropicales. Uso muy común en bebidas. Prohibido en Estados Unidos.

d) Eritrosina (E-127) Color de fresa a violeta. Se utiliza en pastelería, en derivados lácteos y frutos secos.

Todos estos colorantes están sometidos a un control muy estricto. Hay otros colorantes parecidos a los anteriores pero que solo son solubles en grasas. Se ha demostrado que algunos de ellos, a altas dosis o por consumos prolongados, tienen relación con el cáncer u otras enfermedades. Sin embargo, los descritos anteriormente son solubles en agua, y no tienen contraindicaciones, usados en las cantidades recomendadas.

Por: El alquimista molecular

jueves, 6 de marzo de 2014

Hojaldre de puerros, bacon y nata

Ingredientes:
1  plancha de hojaldre
3  puerros frescos
2 ajos
150 gr. de bacon
200 ml. de nata
Aceite de oliva virgen
Sal
Azúcar glass
Elaboración:
Calentar el horno a 200ºC. Introducir la plancha de hojaldre en el horno durante 30 minutos. Cuando lleve 10 minutos bajamos el horno a 180ºC.
Hacemos un refrito de puerros, bacon y dos ajos cortándolos en trozos muy pequeños y los dejamos pochar con un poco de aceite hasta que estén bien tiernos. Añadir la nata líquida y dejar cocer 10 minutos más. Agregar una pizca de sal.
Cortamos por la mitad el hojaldre y rellenamos con el refrito. Horneamos a 180º durante 5 minutos y servimos caliente. Podemos presentarlo espolvoreando un poco de azúcar glass.


Receta de Elisa Linares

lunes, 3 de marzo de 2014

Magdalenas de chocolate rellenas de chocolate blanco

Ingredientes:
1 vaso de azúcar
1 vaso de cacao en polvo
1 vaso de leche
3 vasos de harina
1 vaso de aceite de girasol
4 huevos
2 cucharadas de coñac
Ralladura de naranja y limón
Chocolate "Nestlé Postres" blanco
Elaboración:
Batir todos los ingredientes.
Colocar en el papel de magdalenas hasta la mitad. Añadir chocolate blanco troceado y cubrir con el resto de la masa. Pero que no quede nunca hasta el borde.
Hornear a 180º durante 20 minutos.
Se puede servir con azúcar glass
Receta de Mª José Linares